dimarts, 11 de juliol del 2017

Luchar por la justicia

Hola papallones de paper! 
I benvingudes al regne màgic de les lletres, al Batec de les paraules!

Avui, després d'una estranya absència estiuenca, tornem a la pantalla amb una carta. Sí, una carta molt especial que vaig escriure a una dona molt especial, si em permeteu la repetició. Una dona jove que va creuar una barrera que encara hi havia a finals del segle XIX a bona part del món, a Espanya en aquest cas. Una barrera que impedia les dones estudiar a la Universitat i, les poques que ho feien, no poder adquirir el títol de carrera. Ella va estudiar Medicina presencialment, i va ser la primera en trepitjar una aula amb tot de nois sorpresos, i va lluitar per aconseguir el que volia i per defensar els seus drets i els de tota noia, que haurien de ser iguals als dels nois.
És una heroïna vila-secana, doncs va néixer a aquesta població prop de Tarragona, que va marcar un abans i un després en moltes vides de joves estudiants. Paro de teclejar i anem a la carta, que vaig presentar al Concurs Carta a un militar (el nom no és gaire fidel a les seves bases, que podeu consultar aquí si voleu participar l'any vinent: http://www.cartaaunmilitar.es/).

Petons de nèctar!

Calíope


Querida María Elena Maseras,

Le envío esta carta para agradecerle su lucha en nombre de las mujeres, eternamente agradecidas. Puede parecerle una broma de mal gusto o una fantasía lo que estoy a punto de explicarle pero le aseguro que es totalmente cierto. Desde donde le escribo, gran parte de las mujeres son libres de acceder a los mismos estudios y trabajos que los hombres. ¡Es cierto!

Con ello le pido que se anime. Sé que parece difícil, casi imposible, y que esos órganos burocráticos plagados de hombres sin entendimiento la están echando para atrás. No les haga caso, por favor. Es usted fuerte, lista y ha llegado hasta aquí para avanzar y no retroceder. Crea en sí misma porque, si le sirve de consuelo, nosotras creemos en usted. Es un gran ejemplo de fortaleza, de aguante, de querer aprender por mucho que le tiren piedras para debilitarla, de querer defender aquello que es justo y reprochar lo injusto al mismo tiempo. Porque ya ha dado una vuelta de tuerca a la sociedad, que se está cuestionando sus reglas y buscando el sentido de esa desigualdad machista, que se marchita, todo a su tiempo. ¿O no la aplaudieron cuando entró en su primera clase en la Universidad? ¿Lo recuerda? Fue en 1872 y de eso han pasado ya algunos años pero aun así el sentimiento de la gente no ha cambiado, a pesar de que la ley sea la misma.

No tire la toalla. Verá que, si continúa luchando, todo aquel que tenga un mínimo de sentido común se unirá a usted, se dará cuenta de que es posible construir un mundo mejor, donde todos seamos iguales y no haya diferencias. ¡Sobre todo aquellas que no tienen el más mínimo sentido! ¿Dónde está la lógica de separar por el género, algo tan superficial e intranscendente? ¿Es que eso afectará en la capacidad de retención de conocimientos? ¿Seremos las mujeres seres no capacitados para la inteligencia humana que deben ser excluidas de las actividades intelectuales y dedicarse únicamente a las labores de casa para premiar a los hombres, que llegan exhaustos? No tiene el menor sentido pero, tristemente, de donde vengo, sigue habiendo desigualdad en algunas tierras. Hay mucho por arreglar y por lo que levantarse en nombre de la justicia, y gracias a su pequeño gesto, se ha conseguido un cambio, a partir de ese brote de esperanza, que crece y se hace fuerte.

Por eso, gracias por ser valiente y habilidosa y demostrar una verdad tan pura y cierta que no pueden negar: se equivocan en clasificar y separar a las personas.

Nunca se rinda por muchos obstáculos que dificulten el camino.

Con un gran abrazo, me despido, y en nombre de todas y todos,

GRACIAS